El cambio climático en América Latina
Durante los próximos años, el cambio climático va a generar un gran impacto en Latinoamérica, debido al aumento de las temperaturas, así como de las lluvias, huracanes y sequías. Dos meses atrás, en la XVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (conocida como COP 16), realizada en Cancún, México, se pudo llegar a concluir que el costo económico será de más del 1% del PIB anual de la región, siendo los más afectados los países andinos, Centroamérica y el Caribe, que son más susceptibles al calentamiento global.
El cambio climático, en este caso, llegaría a tener consecuencias graves como presión por disponibilidad del agua, aumento de los incendios forestales, mermas considerables de la productividad agrícola, efectos negativos sobre la salud, daños en zonas de la costa debido al aumento del nivel del mar y el aumento de la mortalidad por eventos extremos que afectarán el desarrollo en una región como la nuestra.
Según la CEPAL, América Latina es altamente vulnerable al cambio climático, ya que se trata de una región con amplias zonas costeras y áreas naturales, las cuales son bastante sensibles al calentamiento global. Por eso, se considera necesario establecer como prioridad en la región las inversiones en adaptación a este fenómeno.
Citando algunos casos:
- En la Amazonía, el aumento de 3 ºC de la temperatura ocasionaría un derrumbe de las precipitaciones, afectando la biodiversidad más grande del planeta.
- En Chile, los glaciares podrían retroceder. De la misma forma, Brasil, Colombia, Ecuador y las Guayanas perderían los manglares de sus costas bajas por el aumento del nivel del mar.
- En Centroamérica, se generaría aumento de la temperatura, reducción e inestabilidad de las lluvias, aumento del nivel del mar, sequías y huracanes, fenómenos que repercutirán en la producción, la infraestructura, los medios de vida, la salud y la seguridad de la población.
Conjuntamente, se sabe que en los últimos años la región ya experimentó un aumento de las temperaturas, con mayor intensidad en zonas como la Amazonía, el norte de México y Centroamérica, así como un cambio substancial en la intensidad de las lluvias en Paraguay, Uruguay, las pampas argentinas y Bolivia. Sin embargo, en el norte de Sudamérica, como el sur de Chile, suroeste de Argentina, sur de Perú y oeste de Centroamérica, se produjo una reducción de las lluvias.
Ver informe de CEPAL:
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